Argumento

El cuento abre con la llegada de los hermanos Cano a Ilamatepeque, un pueblo que no ha cambiado desde hace diez años, cuando ellos se fueron para servirle al General Morazán. La razón de su regreso no se sabe hasta más adelante; se habían atrevido a regresar a pesar de que habían dado órdenes de que a todos los morazanistas los tenían que matar, y ellos querían volver a su pueblo. Sus padres ya estaban muertos, y su único pariente era Pedro Cano, quien vivía en la casa al lado de la de los hermanos.

La gente del pueblo se intriga por el regreso, y se empiezan a esparcir rumores de que han andado en malas cosas. Los Cano desde el principio, muy orgullosamente, admiten que fueron soldados de Morazán. Los habitantes toman a Morazán como un enemigo, piensan que fue el demonio y los hermanos sus esclavos y son malos. Sin embargo, es lo contrario.

Cipriano, el más joven y aventurero, se enamora de Eulalia Duran, hija de Cándida y Bartolo Duran, y el amor de Rogelio, hijo del alcalde, Gervasio Lázaro. Un día en el rio, Rogelio y Cipriano se enfrentan, y Eulalia deja a Rogelio en ridículo. Desde entonces, Rogelio deja fichado a Cipriano como archí enemigo por haberle robado al amor de su vida.

Los Cano se dan cuenta desde el principio de quienes son sus amigos, cuando solo pocos los ayudan a reconstruir su caída casa. Cristóbal, Serafín, y Lucas, Pedro Cano, Casimiro y Tobías Cortez, entre otros, son los que ayudan. Entre amigos, Cipriano les ensena que puede hacer magia, y la gente se asusta un poco con las cosas que los demás andaban diciendo de ser esclavos de Morazán. Luego otra noche, Cipriano hace otro truco enfrente de todo el pueblo, y todos se asustan y les ponen los cuernos a los hermanos, desde ahí, salen historias totalmente fabricadas de quienes son los Cano y a que regresaron, y ante los ojos de los que no se llevan bien con ellos, quedan como endemoniados, locos.

Sin embargo, los Cano solamente quieren el bien. Convencen a sus amigos de que lo que están viviendo es absurdo, que, con las ideas del General, todo sería diferente, hubiera igualdad en el país. Sus intenciones no son malas, pretenden vivir su vida tranquila en el pueblo que los vio crecer, junto a la gente que les cae bien y tienen buena amistad. Y Cipriano pretende tener un romance con Eulalia, pero su madre trata de hacer todo lo posible por parar eso, ella es de las muchas que piensa que los Cano son malos.