Espacio Tiempo

ESPACIO

Espacio Físico

Llevándose a cabo en un país de Centroamérica de nombre Honduras en un pequeño pueblo llamado Ilamatepeque de Ilama Santa Bárbara.

Espacio Psicológico

Según la narración de la novela se vive un ambiente de superstición, odio y aborrecimiento del pueblo hacia los personajes.

Espacio Social

Los habitantes del pueblo pertenecían a un nivel socio-económico medio bajo con pensamiento religioso cerrado y presentando una cultura grupal muy colaboradora entre sí como en la época indígena, pero con presencia de cierto grado de ignorancia y comunismo primitivo.

 

TIEMPO

Es un tiempo de crisis social en Honduras; de mucha desigualdad.

Es una historia narrada de forma lineal ya que presenta su narrativa desde el pasado, presente y futuro.

Narrando un hecho real de dos soldados de una época antigua del siglo XIX en ambiente de conflictos de poder que se daban en Centroamérica en una cultura religiosa donde predominaba e catolicismo y eran regidos por las decisiones de orden militar de la sociedad.

Recursos Literarios

Los Brujos De Ilamatepeque

Por Candelario Reyes García

“La vida es bella y peligrosa a la vez”

La insurrección pacífica 5

La fogata es el camino, -dijo, lentamente Unacpú, como para ser bien escuchado.

Una ráfaga de luz a manera de estrella fugaz fue arrancada por el viento, de entre las brasas. Eso les provocó una carcajada a todos, porque veían que las flamas les respondían, festivas.

Sí, pero sólo parte del camino, -le corrigió Ixbalanqué-  la otra, les corresponde a estos dos, -dijo mostrando a Bulla y Ruido.

¿Cómo es eso? – se interesó Ruido.

Nosotros somos Naguales, – respondió Ixbalanqué- ya hemos sido pasados por el fuego, ahora entrar en él, sólo es un asunto de luz, pero la única manera de materializarlos, es reingresar en el fuego. Él es la puerta maya.

Él tiene la medida de todo, del agua, del aire, de la tierra, de la energía. Es la luz. Él lo transforma todo, hasta lo invisibles- les expuso Unacpú.

Tenemos que ir donde nuestros padres, Morazán y Elempira, debemos seguir sus sendas, y sólo hay un camino- Dijo Doroteo, como para darles más confianza a Ruido y a Bulla, que aparentemente no entendían.

¿Y nosotros tenemos que meternos a las llamas, tenemos que asarnos por nuestra propia voluntad?- Dudó, temeroso, Bulla.

¡Jajajajaja!- rio Cipriano- Eso sería como asar dos ayotes en un guatal, pero después ¿Quién se los querría comer?

¿Entonces de qué nos hablan? –prorrumpió Ruido- ¡explíquennos bien, de qué hablan!

Hablamos de nosotros, los Naguales, ustedes deberán esperar, ustedes deberán recogernos de las cenizas, es sencillo-dijo Ixbalanqué.

Ustedes no harán más que esperar a que la fogata se apague y nos recogerán de sus cenizas, – agregó Unacpú.

Es simple, -manifestó Doroteo- nosotros cuatro nos vamos a meter a la fogata para ser absorbido por ella, hasta que se agote la leña y todo quede en cenizas y carbones. Y allí comienza la responsabilidad de ustedes. Allí deben asumir un papel importante, pero de mucho cuidado, no sea que fracasen…al final de todo, sólo quedarán dos carbones grandes y dos brazas. Lo demás será, cenizas.

Ustedes se encargarán de separar los carbones y las brasas de las cenizas, lo harán con gran sigilo, -les explicó Unacpú- las cenizas las dejan como base, las brasas las ponen a un lado y los carbones en otra. De tal manera que les sea fácil hacer lo que sigue.

Deberán seguir las instrucciones y tener resistencia- les dijo viéndolos directo a los ojos, Cipriano, – no deben de dudar y resistir, de otra manera, lo que haremos no tendrá sentido y ustedes, morirán y no tendrán una segunda oportunidad.

Con las cenizas, aún calientes, deberán cubrir sus cuerpos desnudos, sin dudarlo, resistiendo el impacto, -dijo Unacpú

Y al estar cubiertos por las cenizas, deberán tomar, cada uno un carbón con su mano derecha, y cerrar el puño-les ilustró, poniéndose de pie e interpretando los eventos imaginariamente, Doroteo- fuerte, muy fuerte, porque este va intentar escapárseles, si se les escapa, sólo verán una luz fugaz.

Y con la mano izquierda, deben tomar la brasa, y mantener abierta la mano. La brasa no se les irá- hizo una breve pausa, Ixbanaqué- y van a sentir, de hielo la mano derecha y de lava hirviendo la mano izquierda. Y el resto del cuerpo, como un maremoto que los estremece. Y así deberán permanecer, hasta que sientan que se han alejado de ustedes mismos, como si fueran una fogata que crepita.

  • Un río que fluye, una laguna o un mar en reposo.
  • Un viento raudo y por momentos leve.
  • Una semilla que brota de lo espeso del humus.
  • Un panal de abejas en el cielo construyendo estrellas.

 

Recursos Literarios

Los Brujos De Ilamatepeque

Por Candelario Reyes García

“La vida es bella y peligrosa a la vez”

La insurrección pacífica 5

La fogata es el camino, -dijo, lentamente Unacpú, como para ser bien escuchado.

Una ráfaga de luz a manera de estrella fugaz fue arrancada por el viento, de entre las brasas. Eso les provocó una carcajada a todos, porque veían que las flamas les respondían, festivas.

Sí, pero sólo parte del camino, -le corrigió Ixbalanqué-  la otra, les corresponde a estos dos, -dijo mostrando a Bulla y Ruido.

¿Cómo es eso? – se interesó Ruido.

Nosotros somos Naguales, – respondió Ixbalanqué- ya hemos sido pasados por el fuego, ahora entrar en él, sólo es un asunto de luz, pero la única manera de materializarlos, es reingresar en el fuego. Él es la puerta maya.

Él tiene la medida de todo, del agua, del aire, de la tierra, de la energía. Es la luz. Él lo transforma todo, hasta lo invisibles- les expuso Unacpú.

Tenemos que ir donde nuestros padres, Morazán y Elempira, debemos seguir sus sendas, y sólo hay un camino- Dijo Doroteo, como para darles más confianza a Ruido y a Bulla, que aparentemente no entendían.

¿Y nosotros tenemos que meternos a las llamas, tenemos que asarnos por nuestra propia voluntad?- Dudó, temeroso, Bulla.

¡Jajajajaja!- rio Cipriano- Eso sería como asar dos ayotes en un guatal, pero después ¿Quién se los querría comer?

¿Entonces de qué nos hablan? –prorrumpió Ruido- ¡explíquennos bien, de qué hablan!

Hablamos de nosotros, los Naguales, ustedes deberán esperar, ustedes deberán recogernos de las cenizas, es sencillo-dijo Ixbalanqué.

Ustedes no harán más que esperar a que la fogata se apague y nos recogerán de sus cenizas, – agregó Unacpú.

Es simple, -manifestó Doroteo- nosotros cuatro nos vamos a meter a la fogata para ser absorbido por ella, hasta que se agote la leña y todo quede en cenizas y carbones. Y allí comienza la responsabilidad de ustedes. Allí deben asumir un papel importante, pero de mucho cuidado, no sea que fracasen…al final de todo, sólo quedarán dos carbones grandes y dos brazas. Lo demás será, cenizas.

Ustedes se encargarán de separar los carbones y las brasas de las cenizas, lo harán con gran sigilo, -les explicó Unacpú- las cenizas las dejan como base, las brasas las ponen a un lado y los carbones en otra. De tal manera que les sea fácil hacer lo que sigue.

Deberán seguir las instrucciones y tener resistencia- les dijo viéndolos directo a los ojos, Cipriano, – no deben de dudar y resistir, de otra manera, lo que haremos no tendrá sentido y ustedes, morirán y no tendrán una segunda oportunidad.

Con las cenizas, aún calientes, deberán cubrir sus cuerpos desnudos, sin dudarlo, resistiendo el impacto, -dijo Unacpú

Y al estar cubiertos por las cenizas, deberán tomar, cada uno un carbón con su mano derecha, y cerrar el puño-les ilustró, poniéndose de pie e interpretando los eventos imaginariamente, Doroteo- fuerte, muy fuerte, porque este va intentar escapárseles, si se les escapa, sólo verán una luz fugaz.

Y con la mano izquierda, deben tomar la brasa, y mantener abierta la mano. La brasa no se les irá- hizo una breve pausa, Ixbanaqué- y van a sentir, de hielo la mano derecha y de lava hirviendo la mano izquierda. Y el resto del cuerpo, como un maremoto que los estremece. Y así deberán permanecer, hasta que sientan que se han alejado de ustedes mismos, como si fueran una fogata que crepita.

  • Un río que fluye, una laguna o un mar en reposo.
  • Un viento raudo y por momentos leve.
  • Una semilla que brota de lo espeso del humus.
  • Un panal de abejas en el cielo construyendo estrellas.

 

Espacio Tiempo

ESPACIO

Espacio Físico

Llevándose a cabo en un país de Centroamérica de nombre Honduras en un pequeño pueblo llamado Ilamatepeque de Ilama Santa Bárbara.

Espacio Psicológico

Según la narración de la novela se vive un ambiente de superstición, odio y aborrecimiento del pueblo hacia los personajes.

Espacio Social

Los habitantes del pueblo pertenecían a un nivel socio-económico medio bajo con pensamiento religioso cerrado y presentando una cultura grupal muy colaboradora entre sí como en la época indígena, pero con presencia de cierto grado de ignorancia y comunismo primitivo.

 

TIEMPO

Es un tiempo de crisis social en Honduras; de mucha desigualdad.

Es una historia narrada de forma lineal ya que presenta su narrativa desde el pasado, presente y futuro.

Narrando un hecho real de dos soldados de una época antigua del siglo XIX en ambiente de conflictos de poder que se daban en Centroamérica en una cultura religiosa donde predominaba e catolicismo y eran regidos por las decisiones de orden militar de la sociedad.

Tema y Problemática

“Los Brujos de Ilamatepeque” habla sobre dos hermanos, Cipriano y Doroteo Cano, que regresan a su pueblo natal después de diez años. Los hermanos fueron soldados de Francisco Morazán, quien ya había sido fusilado y era un enemigo en Ilamatepeque. Habla sobre como ellos, personas civilizadas, tratan de ayudar a sacar al pueblo adelante ya que hay mucha ignorancia, pero sus intenciones son mal interpretadas porque pertenecieron al ejercito de Morazán y son listos.

Temas

  1. Intolerancia y enfrentamiento por la religión: Los Canos eran personas que venían de trabajar para el General Francisco Morazán, personas revolucionarias.

 

  1. Pobreza: En ese entonces, también en dicha novela narrada, según las características el pueblo no había cambiado nada en diez años.

 

  1. Analfabetismo: Había un grado de analfabetismo, en ellos que los mismos gobernadores, no permitían que hicieran la escuela, ya que estos, no les convenía que esto sucediera.

 

  1. Superstición: Estas Personas, como eran tan inocentes, se dejaban guiar, por las personas que los gobernaban y por aquellos pertenecientes a la iglesia católica; de esta manera el querer superarse los Canos, para ellos eran herejes.

 

Biografia

BIOGRAFÍA DE RAMÓN AMAYA AMADOR.

Ramón Amaya Amador nació en Olanchito, departamento de Yoro, el 29 de abril de 1916, siendo sus padres Isabel Amaya y Guillermo R. Amador.

ramos-amaya-amadorDespués de trabajar como peón en los campos bananeros de la costa norte inició su carrera de cuentista y su narración «La nochebuena del campeño Juan Blas» salió a luz pública en el número 15 de la revista ANC, órgano de la Asociación Nacional de Cronistas, editada en Tegucigalpa y correspondiente al 31 de diciembre de 1939.

Ramón Amaya Amador, narrador y periodista, es uno de los más prolíficos escritores del país y quien tiene más obras publicadas: Prisión Verde, Amanecer, El Señor de la Sierra, Los brujos de Ilamatepeque, Constructores, Destacamento Rojo, Operación Gorila, Cipotes, Con la misma herradura, Bajo el signo de la paz, El camino de mayo, Jacinta Peralta, Cuentos Completos y Biografía de un machete permaneciendo inéditos casi veinte libros más.

Ramón Amaya Amador inició su vida periodística en 1941 como redactor, primero, y como jefe de redacción, después, del periódico El Atlántico, de La Ceiba, fundado y dirigido por Ángel Moya Posas. Posteriormente, el 8 de octubre de 1943, Ramón Amaya Amador fundó en Olanchito, con Dionisio Romero Narváez, el semanario Alerta, contando con la valiosa colaboración de su compañero Pablo Magín Romero.

El escritor abandonó su patria en 1944 debido a la persecusión del cariato, radicándose en Guatemala, en donde trabajó como editorialista de Nuestro Diario, durante el régimen democrático del doctor Juan José Arévalo, entregando también sus colaboraciones al Diario de Centro América, El Popular Progresista y Mediodía. A la caída del gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán, nuestro compatriota se asiló en la sede de la Embajada Argentina, viajando a aquella nación del sur. En Buenos Aires laboró en la editorial «Ariel» y en Sarmiento, un periódico de educación popular, editado en la ciudad de Córdoba.

arminda-funes Arminda 011El 19 de mayo de 1957, Ramón Amaya Amador retornó a Honduras, acompañado de su esposa Regina Arminda Funes, originaria de Córdoba, Argentina; en ese año ingresó a la redacción del diario El Cronista, de Alejandro Valladares, y fundó en Tegucigalpa, con Luis Manuel Zúniga, la revista Vistazo.

El Círculo Literario Hondureño le rindió un homenaje en el Paraninfo de la Universidad Nacional Autónoma en Tegucigalpa el 11 de noviembre de 1958, interviniendo en el acto el rector Lisandro Gálvez y los estudiantes universitarios Rafael Leiva Vivas, J. Delmer Urbizo y Oscar Acosta.

En esa oportunidad, Ramón Amaya Amador leyó un extenso discurso de agradecimiento en el que afirmaba que era la primera vez que en su patria recibía una honrosa distinción por sus trabajos en las letras y en la cultura. Este documento puede considerarse como su testamento literario.

Esta es nuestra última noche en Tegucigalpa. ¿Hasta cuándo retornaremos a ella y en qué condiciones? Ni siquiera lo podría predecir porque el futuro es un enigma.

El 19 de abril de 1959 abandonó Tegucigalpa junto a su esposa Arminda y sus pequeños hijos: Aixa Ixchel y Carlos Raúl, para radicarse en Praga, Checoslovaquia, integrando la plana de redacción de la revista Problemas de la Paz y el Socialismo.

El 24 de noviembre de 1966, en las cercanías de Bratislava, se accidentó el avión soviético Ilushyn-18, de la línea aérea búlgara Tabso, pereciendo todos sus ocupantes, entre ellos Ramón Amaya Amador y tres compañeros de trabajo en la revista que hemos mencionado: el brasileño Pedro Motta Lima, el argentino Alberto Ferrari y el japonés Sigho Kadzito.

Once años después y tras arduas gestiones iniciadas por el poeta hondureño Oscar Acosta (en ese entonces Embajador de Honduras en España) y que duraron cuatro años, se logró la repatriación de los restos mortales de Ramón Amaya Amador los que fueron enviados de Checoslovaquia a Madrid y luego trasladados a Tegucigalpa en septiembre de 1977, permaneciendo la urna con las cenizas de Amaya Amador en la Sección Colección Hondureña de la Biblioteca de la UNAH.

La comisión encargada del traslado estaba integrada por Oscar Acosta; Rigoberto Paredes, Jefe del Departamento de Letras y Lenguas de la Universidad Nacional de Autónoma de Honduras; Héctor Hernández, Presidente del Sindicato de Trabajadores de la UNAH; Alejandro Gutiérrez, Secretario General de la Federación de Estudiantes Universitarios de Honduras, y Livio Ramírez Lozano, Agregado Cultural de la Embajada de Honduras en Madrid.

Sin embargo, la repatriación de los restos no impidió que durante casi una década más, sus obras fueran perseguidas. Debieron transcurrir otros catorce años para que el archivo principal con las obras inéditas de Ramón Amaya Amador escritas en su largo exilio pudiera regresar a Honduras.

En abril de 1991, en un acto solemne en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el Presidente de la República, Lic. Rafaél Leonardo Callejas, recibió a nombre del pueblo de Honduras, más de veinte títulos inéditos que fueron repatriados desde la Casa de las Américas, La Habana, Cuba a donde fueron llevados desde Praga, Checoslovaquia.

Esta vez las gestiones iniciadas por Carlos Amaya Fúnez, hijo del escritor, fueron respaldadas por una comisión integrada por Oswaldo Martínez y Neptalí Orellana de Radio Progreso, Juan Ramón Durán, Director de la Escuela de Periodismo de la UNAH, David Romero de Diario Tiempo, Adelma Argueta, Diario La Prensa y el Dr. Víctor Ramos; quienes lograron el apoyo del gobierno de la República para agilizar y facilitar el traslado de las obras.

Ocho años después, y treinta y dos después de muerto, su pueblo y su gente se movilizaron para llevar a su definitiva morada las cenizas del notable escritor de Olanchito.

Una comisión de olanchitos presidida por el Prof. Esaú Juárez González e integrada por el Prof. Fabio Bernardino Cárcamo, Director de la Casa de la Cultura de Olanchito, Juan Carlos Medina, Vicepresidente del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Standard Fruit Company; José Luis Bardales Cano; Rony Javier Cruz; Gustavo Sosa Martínez; Fernando Mac Lean; Geovana Spears; Santiago Manzanares; Raúl Cortes y Eduardo Manuel Cruz Martínez; organizó el retorno que tuvo lugar el 19 de mayo de 1999.

Desde 1966 se ha escrito mucho sobre la vida y obra de Ramón Amaya Amador, entre los que podemos mencionar a Dionisio Romero Narváez, el Prólogo de Longino Becerra aparecido en la 2ª edición de Prisión Verde, el ensayo biográfico de Max Sorto Batres, publicado por el Ministerio de Cultura y Turismo en 1990, y la extensa y documentada biografía realizada por su paisano Juan Ramón Martínez, que apareció bajo el sello de la Editorial Universitaria de la UNAH en 1995.

 

 

 

MARCO HISTORICO.

En la investigación acerca de lo que es Libro de Los brujos de Ilamatepeque, Ramón Amaya Amador, es un personaje muy reconocido en nuestro país.

En la obra se narra una historia de dos hermanos humildes Doroteo y Cipriano Cano, ambos oriundos de esa comunidad y ex soldados del gobierno federal del general Francisco Morazán Quezada.

Luego de un largo periodo, los Canos decidieron regresar a Ilamatepeque, a donde se llevaron una gran sorpresa al ver el fatal Cambio del pueblo, dominado en ese tiempo por el señor Gervasio Lázaro.

En poco tiempo los Canos hicieron de renombre en el poblado, se hablaba de ellos con mucho respeto, de igual manera recetaban a sus vecinos, tradicionales remedios caseros, enriquecidos con las experiencias de sus agitadas vidas.

Plantearon posibles reformas, y surgieron la fundación de la escuela, acto que no fue visto por los jefes del pueblo, quienes respondieron con disgusto a la sugerencia, ya que conocían sus ideas revolucionarias.

La superstición e ignorancia de las autoridades, origino que los Canos fueran a morir, por el simple hecho de haber seguido los ideales de Francisco Morazán, en el intento de transformar las instituciones sostenidas por la aristocracia y los sectores más testarudos de la iglesia.

Desde ese momento, los entrañables hermanos Cano, fueron catalogados como “Brujos” y fueron acusados de perturbar el orden conservador, al ejercer magia entre el pueblo y hacer pacto con el demonio, injuriando que tenían la capacidad de convertirse en animales para abusar de los pobladores, así como de “introducirle” tortugas a sus enemigos para matarlos.

Como era de esperarse, la acusación termino en un juicio en el que la única manera de pagar el supuesto acto ilícito era en el salón de fusilamiento, adonde murieron con la frente en alto por la misma causa que asesinaron al gran Paladín centroamericano.

Es decir que Ramón Amaya Amador nos narra la historia –absolutamente verídica– de dos de los muchos humildes campesinos que participaron en las batallas lideradas por Francisco Morazán en busca de la unidad de los pueblos centroamericanos. Y que al regresar a su municipio de origen quisieron contribuir con el progreso de su pueblo, en particular de la juventud.

Ese deseo de superación fue el motivo por el cual la “reacción inquisitorial”, encabezada por el cura, el alcalde y los notables del pueblo, los acusó –aprovechándose de la ignorancia y la superstición popular– de herejes, de tener pacto con el diablo, y de haber echado una maldición de enfermedades y muerte contra los pueblos. Motivos suficientes para fusilarlos.

Al escribir esta novela Amaya Amador consideró que sería de “interés para aquellos que sustentan principios revolucionarios y democráticos” y la dedicó a “la juventud de Honduras”. Esta nueva edición de Los Brujos de Ilamatepeque va dedicada para esa juventud que hoy exige un urgente cambio de rumbo en el país, luchando en las calles, colegios; y universidades junto al pueblo en resistencia contra las retrógradas instituciones que nos mal gobiernan.

de esta manera, nos incentivamos más, con respecto a la investigación del Libro los Brujos de Ilamaltepeque, de Ramón Amaya Amador, que nos hace entender, que estamos cegados por los que gobiernan nuestro país, de manera que el pueblo Humilde siga los pasos de ellos y los apoyen y, siendo ellos los que engañan a una población de corazón, que dan todo por el todo, a los partidos políticos, que deberían ellos de igual forma, tratar a la población con amor, ayudar a que se dé una mejor educación, salud gratis, seguridad, donde todos como ciudadanos podamos tener ese derecho o garantía a la libre locomoción, a la libre expresión, a la vida que es el principal derecho que tenemos como ser humano.

El libro de los brujos de Ilamaltepeque, según la investigación que se hizo grupalmente, nosotros, asemejamos el libro, con la situación actual, que está pasando nuestro país; es decir nuestro país actualmente muere por reclamar sus derechos, por ejemplo, en la Educación, lo que actualmente está pasando la UNAH, lo que es la Salud, es decir lo que paso con IHSS, otros factores por los que muchos revolucionarios mueren hoy en día.

 

 

 

CRONOLOGÍA.

Los brujos de Ilamatepeque 1958 Ramón Amaya amador lo escribió en 1958

Julio escoto reconoce que la misma sirvió de inspiración en su novela El árbol de los pañuelos en 1972 La de Amaya amador está incluida en la novela indigenista o novela de la tierra 1930-1940.

Los brujos de Ilamatepeque allí yacen los Canos fueron fusilados en la plazoleta de llama acusados de poseer poderes diabólicos llama, santa Bárbara. Personajes principales: Cipriano cano, Doroteo cano Habla sobre dos hermanos, Cipriano y Doroteo cano que regresan a su pueblo natal después de 10 años.

Fusilaron a los hermanos y sus cadáveres los hicieron rodar por las calles del pueblo apedreándolos para no ir tan largo al mismo pueblo.

Los amigos de Doroteo y Cipriano cano se fueron a despedir de sus tumbas por el bien que había hecho y que ellos iban a seguir su legado.

Los hermanos fueron soldados de francisco Morazán, quien ya había sido fusilado y era enemigo de Ilamatepeque.

El fusilamiento por considerarlos brujos Este mensaje va dedicado a los jóvenes de honduras.

En el presente año se refiere a la vida y obra del general francisco Morazán, nació el 3 de octubre de 1792 en Tegucigalpa.

En Guatemala. Fue el año 35 y, para más señas, el día de san Sebastián veinte de enero.

Ramón Amaya amador nació en 1916 y falleció trágicamente en un accidente de avión.1966

En septiembre de 1977 los restos de ramona maya amador fueron repatriados a Tegucigalpa, pero su obra continúo siendo perseguida y no fue hasta una década más tarde, en 1991, cuando finalmente fueron publicados sus libros.

 

SINOPSIS.

Los Brujos de Ilamatepeque narra el trágico sino de los dos ex-soldados de Morazán que sucumben ante la ignorancia y la reacción del pueblo en que viven; el sometimiento forzado, la inutilidad en definitiva del gesto liberador (intento de alfabetización popular emprendido por los Cano), el planteamiento y el mensaje político-social, están plasmados rotundamente en la obra. (FILMAFFINITY).

Esta es una novela basada en hechos reales escrita por Ramón Amaya Amador en 1958 la cual describe la trágica caída de la revolución Morazanica por la unidad de los países centroamericanos encabezada por el general Francisco Morazán, en su lucha trato de romper con la ignorancia del pueblo oprimido.

La historia es sobre dos hermanos Cipriano y Doroteo que regresaron a su pueblo natal y al no ver cambios notorios en su pueblo, y en sus deseos de superación y la superstición e ignorancia de los pobladores que empezaron a recetar tratamientos naturales entre otras curas para distintos padecimientos. Estos personajes pronto se crearon su imagen se hicieron de gran renombre.

Entre los personajes también resaltan algunos que les ayudaron como los miembros del colegio.

Los hermanos eran considerados brujos que tenían pacto con el diablo y que se trasformaban en otros seres, los pobladores al percatarse de tales situaciones, que acontecían en el pueblo, los hermanos son acusados para ponerlos ante la ley.

La tan esperada condena como era de esperar la ignorancia de un pueblo pudo más y estos hombres fueron sentenciados al fusilamiento.

 

 

 

ARGUMENTO.

El cuento abre con la llegada de los hermanos Cano a Ilamatepeque, un pueblo que no ha cambiado desde hace diez años, cuando ellos se fueron para servirle al General Morazán. La razón de su regreso no se sabe hasta más adelante; se habían atrevido a regresar a pesar de que habían dado órdenes de que a todos los morazanistas los tenían que matar, y ellos querían volver a su pueblo. Sus padres ya estaban muertos, y su único pariente era Pedro Cano, quien vivía en la casa al lado de la de los hermanos.

La gente del pueblo se intriga por el regreso, y se empiezan a esparcir rumores de que han andado en malas cosas. Los Cano desde el principio, muy orgullosamente, admiten que fueron soldados de Morazán. Los habitantes toman a Morazán como un enemigo, piensan que fue el demonio y los hermanos sus esclavos y son malos. Sin embargo, es lo contrario.

Cipriano, el más joven y aventurero, se enamora de Eulalia Duran, hija de Cándida y Bartolo Duran, y el amor de Rogelio, hijo del alcalde, Gervasio Lázaro. Un día en el rio, Rogelio y Cipriano se enfrentan, y Eulalia deja a Rogelio en ridículo. Desde entonces, Rogelio deja fichado a Cipriano como archí enemigo por haberle robado al amor de su vida.

Los Cano se dan cuenta desde el principio de quienes son sus amigos, cuando solo pocos los ayudan a reconstruir su caída casa. Cristóbal, Serafín, y Lucas, Pedro Cano, Casimiro y Tobías Cortez, entre otros, son los que ayudan. Entre amigos, Cipriano les ensena que puede hacer magia, y la gente se asusta un poco con las cosas que los demás andaban diciendo de ser esclavos de Morazán. Luego otra noche, Cipriano hace otro truco enfrente de todo el pueblo, y todos se asustan y les ponen los cuernos a los hermanos, desde ahí, salen historias totalmente fabricadas de quienes son los Cano y a que regresaron, y ante los ojos de los que no se llevan bien con ellos, quedan como endemoniados, locos.

Sin embargo, los Cano solamente quieren el bien. Convencen a sus amigos de que lo que están viviendo es absurdo, que, con las ideas del General, todo sería diferente, hubiera igualdad en el país. Sus intenciones no son malas, pretenden vivir su vida tranquila en el pueblo que los vio crecer, junto a la gente que les cae bien y tienen buena amistad. Y Cipriano pretende tener un romance con Eulalia, pero su madre trata de hacer todo lo posible por parar eso, ella es de las muchas que piensa que los Cano son malos.

 

 

PERSONAJES.

  • Principales: Cipriano Cano, Doroteo Cano
  • Secundarios: Los miembros de “El Colegio,” Gervasio Lázaro, Rogelio Lázaro, Eulalia Duran, Juan Anteportam, Tuerto Simón, Cándida Duran,
  • De fondo: Francisco Morazán, Tata-Cura, Raca carraca, Marco López, Chebo Berdugo, miembros de “El Colegio” que vienen de Chinda

 

 

TEMA Y PROBLEMÁTICA.

“Los Brujos de Ilamatepeque” habla sobre dos hermanos, Cipriano y Doroteo Cano, que regresan a su pueblo natal después de diez años. Los hermanos fueron soldados de Francisco Morazán, quien ya había sido fusilado y era un enemigo en Ilamatepeque. Habla sobre como ellos, personas civilizadas, tratan de ayudar a sacar al pueblo adelante ya que hay mucha ignorancia, pero sus intenciones son mal interpretadas porque pertenecieron al ejercito de Morazán y son listos.

Temas

  1. Intolerancia y enfrentamiento por la religión: Los Canos eran personas que venían de trabajar para el General Francisco Morazán, personas revolucionarias.

 

  1. Pobreza: En ese entonces, también en dicha novela narrada, según las características el pueblo no había cambiado nada en diez años.

 

  1. Analfabetismo: Había un grado de analfabetismo, en ellos que los mismos gobernadores, no permitían que hicieran la escuela, ya que estos, no les convenía que esto sucediera.

 

  1. Superstición: Estas Personas, como eran tan inocentes, se dejaban guiar, por las personas que los gobernaban y por aquellos pertenecientes a la iglesia católica; de esta manera el querer superarse los Canos, para ellos eran herejes.

 

ESPACIO.

la obra se desarrolla en un poblado llamado Ilamatepeque, junto al rio Ulúa, Departamento de santa Bárbara.

Historia basada en la narración del asesinato de los hermanos Cano los cuales fueron acusados de hechicería.

Ahora hablemos un poco sobre el espacio del libro en sus diversas categorías.

 

ESPACIO

Espacio Físico

Llevándose a cabo en un país de Centroamérica de nombre Honduras en un pequeño pueblo llamado Ilamatepeque de Ilama Santa Bárbara.

Espacio Psicológico

Según la narración de la novela se vive un ambiente de superstición, odio y aborrecimiento del pueblo hacia los personajes.

Espacio Social

Los habitantes del pueblo pertenecían a un nivel socio-económico medio bajo con pensamiento religioso cerrado y presentando una cultura grupal muy colaboradora entre sí como en la época indígena, pero con presencia de cierto grado de ignorancia y comunismo primitivo.

 

TIEMPO

Es un tiempo de crisis social en Honduras; de mucha desigualdad.

Es una historia narrada de forma lineal ya que presenta su narrativa desde el pasado, presente y futuro.

Narrando un hecho real de dos soldados de una época antigua del siglo XIX en ambiente de conflictos de poder que se daban en Centroamérica en una cultura religiosa donde predominaba e catolicismo y eran regidos por las decisiones de orden militar de la sociedad.

 

 

RECURSOS LITERARIOS.

Los Brujos De Ilamatepeque

Por Candelario Reyes García

“La vida es bella y peligrosa a la vez”

La insurrección pacífica 5

La fogata es el camino, -dijo, lentamente Unacpú, como para ser bien escuchado.

Una ráfaga de luz a manera de estrella fugaz fue arrancada por el viento, de entre las brasas. Eso les provocó una carcajada a todos, porque veían que las flamas les respondían, festivas.

Sí, pero sólo parte del camino, -le corrigió Ixbalanqué-  la otra, les corresponde a estos dos, -dijo mostrando a Bulla y Ruido.

¿Cómo es eso? – se interesó Ruido.

Nosotros somos Naguales, – respondió Ixbalanqué- ya hemos sido pasados por el fuego, ahora entrar en él, sólo es un asunto de luz, pero la única manera de materializarlos, es reingresar en el fuego. Él es la puerta maya.

Él tiene la medida de todo, del agua, del aire, de la tierra, de la energía. Es la luz. Él lo transforma todo, hasta lo invisibles- les expuso Unacpú.

Tenemos que ir donde nuestros padres, Morazán y Elempira, debemos seguir sus sendas, y sólo hay un camino- Dijo Doroteo, como para darles más confianza a Ruido y a Bulla, que aparentemente no entendían.

¿Y nosotros tenemos que meternos a las llamas, tenemos que asarnos por nuestra propia voluntad?- Dudó, temeroso, Bulla.

¡Jajajajaja!- rio Cipriano- Eso sería como asar dos ayotes en un guatal, pero después ¿Quién se los querría comer?

¿Entonces de qué nos hablan? –prorrumpió Ruido- ¡explíquennos bien, de qué hablan!

Hablamos de nosotros, los Naguales, ustedes deberán esperar, ustedes deberán recogernos de las cenizas, es sencillo-dijo Ixbalanqué.

Ustedes no harán más que esperar a que la fogata se apague y nos recogerán de sus cenizas, – agregó Unacpú.

Es simple, -manifestó Doroteo- nosotros cuatro nos vamos a meter a la fogata para ser absorbido por ella, hasta que se agote la leña y todo quede en cenizas y carbones. Y allí comienza la responsabilidad de ustedes. Allí deben asumir un papel importante, pero de mucho cuidado, no sea que fracasen…al final de todo, sólo quedarán dos carbones grandes y dos brazas. Lo demás será, cenizas.

Ustedes se encargarán de separar los carbones y las brasas de las cenizas, lo harán con gran sigilo, -les explicó Unacpú- las cenizas las dejan como base, las brasas las ponen a un lado y los carbones en otra. De tal manera que les sea fácil hacer lo que sigue.

Deberán seguir las instrucciones y tener resistencia- les dijo viéndolos directo a los ojos, Cipriano, – no deben de dudar y resistir, de otra manera, lo que haremos no tendrá sentido y ustedes, morirán y no tendrán una segunda oportunidad.

Con las cenizas, aún calientes, deberán cubrir sus cuerpos desnudos, sin dudarlo, resistiendo el impacto, -dijo Unacpú

Y al estar cubiertos por las cenizas, deberán tomar, cada uno un carbón con su mano derecha, y cerrar el puño-les ilustró, poniéndose de pie e interpretando los eventos imaginariamente, Doroteo- fuerte, muy fuerte, porque este va intentar escapárseles, si se les escapa, sólo verán una luz fugaz.

Y con la mano izquierda, deben tomar la brasa, y mantener abierta la mano. La brasa no se les irá- hizo una breve pausa, Ixbanaqué- y van a sentir, de hielo la mano derecha y de lava hirviendo la mano izquierda. Y el resto del cuerpo, como un maremoto que los estremece. Y así deberán permanecer, hasta que sientan que se han alejado de ustedes mismos, como si fueran una fogata que crepita.

  • Un río que fluye, una laguna o un mar en reposo.
  • Un viento raudo y por momentos leve.
  • Una semilla que brota de lo espeso del humus.
  • Un panal de abejas en el cielo construyendo estrellas.